

El calor puede ser un gran aliado contra el dolor, pero en verano su uso requiere precaución. Dolores musculares, articulares o contracturas pueden aliviarse con una fuente de calor localizada, como una manta eléctrica o una ducha caliente. Sin embargo, las altas temperaturas estivales pueden convertir esta técnica en un riesgo si no se aplica correctamente. ¿Cuándo es útil y cuándo conviene evitarla?
Fuente: infosalus.com
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